jueves, 27 de agosto de 2009

La culpa de las cosas

Si hay algo que ME PARTE es la gente que tiene el tupé recopado de echarle la culpa a las cosas.
La culpa de sus desgracias a tal objeto, la culpa de ser tan hijo de puta a tal otro; o al clima o la sanputa; o sea: el tupé de echarle la culpa a cualquier SUSTANTIVO; diría aquella maestra mía de lengua que juraba que era la madrina del hijo de Florencia Peña. ¿Ah, que mierda tenía que ver esto? Bueno, me acordé y suelo irme por las ramitas. Prosigo:
Hablo de esa gente que se revienta el dedo meñique contra la pata de la mesa y grita:

¡Mesa y la r******* bien p*** de tu madre!

Nooo chicos; esto no va, ¡un poco de educación! (?) ¿Qué culpa tiene la trola mesa? Bastante se la banca cuando le apoyamos platos calientes encima, pobrecita; como para que la anden puteando por el simple hecho de ser mesa, permanecer y existir abstractamente.
Vos pusiste la mesa ahí. Vos calculaste mal y te rompiste el pie contra ella.
La ART no sólo no te cubriría, sino que te haría indemnizar a la mesa. Tampoco podemos buscar la culpa en otros; no podemos putear al que la fabricó, ni al fletero que la trajo ni a la madera/caño por ser materiales duros. Vos sos el pelotudo cuando le echás la culpa a las cosas.

Otros casos así son por ejemplo:
  • Putear al celular por que vos pelotudo gastaste el crédito;
  • Putear al compañero de la facu que entregó el trabajo práctico rápido y ahora vos pelotudo irresponsable no tenés de donde copiarte;
  • Putear al colectivo que no viene mientras vos infeliz ya habías salido tarde;
  • Putear otros etcéteras.
Es tan fácil echarle la culpa a otros; más que nada si son indefensas cositas. Si algo sale bien; fué porque vos hiciste bien las cosas; si algo sale mal, jodete por ser vos tan pelotudo.

Si hay un ícono en mi casa que habremos puteado yo y mis hermanos; es la alacena a altura de 1,60 que tenemos en la entrada de la cocina.
Cuando éramos chiquitos, pasábamos por abajo de la alacena. Pero en determinado momento de la vida; ¡PUM!
Romperte la sien contra esa alacena era pasar a otra etapa de la vida. No sólo porque nunca te ibas a olvidar de semejante golpe (porque pasabamos rápido y seguros hasta que cuando nos estirábamos; de repente nos golpeábamos con todo el mambo) sino porque mi vieja y mi papá nos festejaban diciendo:- "Ya estás grande, creciste" en vez de traer hielo y carilinas para sonarnos los mocos del llanto que habíamos pegado.
Eran lindas épocas las de romperse la cabeza contra la alacena. Después del dolor y lágrimas decíamos "Ah, pero ahora ya SOY GRANDE". Que grosos tremendos que éramos, eh (?).

viernes, 21 de agosto de 2009

¿Mah qué casa de Gran Hermano? ¡Mirá para afuera, boludo!

Estábase el día de ayer mi persona intoxicándose de tabaco en el balcón de mi casa con Michelín; cuando veo que llega mi vecinita de 15 años recién cumplidos y su ¿novio? a la puerta de su casa.
Me pongo a pensar (sí, a veces PIENSO) "que loco, pensar que hasta hace poco esta nena era re chiquita y ahora tiene novio"; pensamiento que me hizo dar cuenta que estoy pensando como una vieja chota.
No termino de pensar en "aaay, la nenaaa; que bonita que es" cuando estos chicos se ponen a apretar desaforadamente contra la puerta de la casa de la "nena". Faltaba ver volar corpiño, tanga y calzón para completar la escena; y no faltaba poco. Lengua para acá, pierna levantada para allá, despeinadas, tocaditas de culo, apoyadas, etc. Y eran las 4 de la tarde, nada de oscuridad ni intimidad que se les pueda ocurrir.
En el medio del "asunto" veo que el padre de la nena se asoma por la esquina en bicicleta; observando la situacíon desde 50 metros como un teleobjetivo, mientras los niños seguían meta matraca; ajenos a que venía el "padre de la nena".
Seee, enseguida se me dibujó una sonrisa increíblemente maldita, como la del gato de Cheshire. Cuando digo que "Soy mala hasta que se demuestre lo contrario"; deberían creerme. Me faltaban los pochoclos como para sentirme en el cine, espectante por la escena que estaba a punto de vivir. Me abrazo a mi gata, cruzo las piernas y espero a que llegue el guardabosques, pensando en la obra teatral que estaba a punto de presenciar: cachetada, grito, llanto y el clásico "no te quiero ver más con mi hija". ¡Ahhh!, no podía regodearme más. Pero NO.
Llega el padre con cara de traste, y la nena le dice: "¿Qué hacés papu en bici?"; el padre los saluda, y entra a la casa campante. Los niños, en ningún momento largaron el meta y ponga.
"¡Pero la concha de la lora, Michelín!" le digo a mi gata, y la pobre me entiende."¡Ni siquiera se corrieron, ni largaron ahora! ¡Pobre tipo, si fuera mi viejo se infarta!".
No; yo no era una santa pero respetaba espacios a esa edad.
Como para completar mi sorpresa; al otro día cuando vuelvo de mi trabajo, mi abuela me grita señalando hacia afuera de la ventana y señalando a los jóvenes seductores: "¡¡¡Mirá lo que están haciendo, mirá lo que están haciendo!!!". Y sí, la nena estaba como garchándoselo con ropa; rebotando, mientras los obreros de al lado parecían más sorprendidos que nosotras.
Juro que no entiendo nada. Mi gata me mira, y sé que si hablara me diría: "Los chicos de hoy son terribles, mami".

lunes, 3 de agosto de 2009

Cosas que me poner nerviosa y/o me sacan

  • La gente que hace ruido comiendo chupetines/chicles/caramelos
  • La gente que chupa todo el pico cuando toma directamente de la botella
  • Que me miren; especialemente la persona sentada al lado mío en el colectivo
  • Que me tomen del vaso
  • Que "prueben" de mi plato
  • Que se me tilde la computadora
  • Las mochilas Jansport
  • Que me pregunten dónde me compré tal cosa
  • Que entren a mi pieza sin avisar, la revisen o la ordenen
  • La gente que habla fuerte
  • La gente demasiado chistosa
  • Los granos
  • Que ladren los perros
  • La gente que habla de desgracias
  • Los evangelistas
  • Los errores en cadena
  • Los ascensores
  • Los espejos en los telos (yo sé que nos observan)
  • Que no me pongan las luces de giro
  • Estacionar del lado derecho
  • Los Corsa bordó 5 puertas
  • Cruzarme con gente que no soporto
  • Los cumpleaños
  • Que me digan "no sabés lo que pasó"
  • La gente mayor que baila
  • La miel que no es miel (jarabe + miel)
  • Probar la leche entera/descremada
  • Que se me acerque mucho un hombre
  • Que me toquen el pelo
  • Que revoleen cosas a mi alrededor
  • Los morrales
  • Las mujeres de pelo muuuy largo
  • Los rubios mal hechos
  • La gente que se pone 2 extensiones locas
  • Las rastas
  • Las cucarachas
  • Las películas de acción
  • Todo lo que me roce el cuello
  • Agujas
  • Sangre
  • Hospitales
  • La gente que me habla como si me conociera
  • La gente con mucha confianza
  • Zulma Lobato
  • Que me tosan/estornuden al lado
  • Que me griten en el oído
  • Que me hagan una jodita y me lastime físicamente
  • Que no me contesten rápido por messenger si estoy interesada
  • Que no abran las ventanas del colectivo
  • Esperar
  • Que me piquen las costillas
  • Que me acomoden la ropa
  • Que me corrijan la ortografía o gramática
  • Las miraditas de arriba a abajo
  • Las mujeres que dicen "sho esto, sho tengo, sho soy, sho aquello"
  • Que me den un consejo si no lo pido
  • La gente que se dirije a mi convencidísima por su propia idiotez de que "va a lograr algo conmigo"
  • Los hombres que se piensan que con plata compran cualquier minita
  • La gente creída
  • La gente que usa los animales como una moda
  • La gente que piensa que por tener/saber tal cosa te puede ganar
  • La gente que habla en primera persona
  • Los pelos
  • Los piojos
  • Lavar los platos
  • Los colorados
  • Que me pregunten 20 veces lo mismo